En un mundo en constante cambio, ¿qué es mejor, ser un líder o un gerente? Esta pregunta sigue en la mente de supervisores y ejecutivos. La diferencia entre estos dos conceptos, aunque notable a primera vista, se desvanece al ser analizada cuidadosamente, traduciéndose directamente en la efectividad de las operaciones de la organización. Entonces, ¿qué estrategia se adapta mejor a la realidad actual? ¿Cuál es la esencia del liderazgo y la gestión? ¿Es posible ser un buen gerente y líder al mismo tiempo? Echemos un vistazo más de cerca.
Al discutir la gestión y el liderazgo, los términos varían ya en el nivel lingüístico por su connotación, es decir, las emociones que transmiten. La palabra “gerente” evoca orden, moderación y racionalidad, mientras que el término “líder” connota inspiración, autoridad y coraje. Así, desde el principio, el líder es visto como aquel que se enfoca en evocar emociones con connotaciones positivas, mientras que el gerente es percibido de manera mucho más neutral.
Es cierto que estos roles difieren entre sí, lo que lleva a diferentes suposiciones, utilizando diferentes medios y realizando diferentes objetivos. Ninguno de ellos, sin embargo, disminuye al otro en términos de importancia para el correcto funcionamiento de la organización, aunque ciertamente podemos distinguir etapas en las que cada uno de ellos sale a la luz.
Un gerente es una persona que gestiona una organización, es decir, planifica y organiza su funcionamiento y al mismo tiempo motiva para implementar tales acciones y controla la efectividad de alcanzar los objetivos planificados. Aunque el elemento de habilidades blandas en forma de motivación para actuar está presente aquí, las habilidades analíticas, organizativas y de control están definitivamente en primer plano. El gerente más a menudo responde a la pregunta “¿por qué?” con “¿cómo?” se debe hacer algo. Él o ella se enfoca en recursos y herramientas, asegurándose de que los engranajes individuales en el funcionamiento de una empresa funcionen sin problemas. Como sabemos, una buena organización no es suficiente para lograr el éxito. Necesita visiones originales, que le permitan destacarse de la competencia, pero también fortalecer las estructuras desde dentro – convenciendo al equipo de la corrección de actuar, fusionando sus valores con los de la empresa y – del hecho de que vale la pena seguir a quienes los lideran. Por lo tanto, un gerente efectivo no se limita solo a supervisar, sino que también quiere liderar, convirtiéndose en un símbolo de la organización, con el que el resto puede identificarse y querer seguir.
¿Qué tienen en común John F. Kennedy, Nelson Mandela, Steve Jobs y Mahatma Gandhi? Todos ellos tenían visión, autoridad y se convirtieron en inspiraciones para millones. Estas cualidades constituyen al líder ideal. Él o ella va más allá de los patrones disponibles, basando sus acciones en estructuras informales. Son las ideas, valores y personas las que están en el centro de su enfoque.
Todos estos elementos son parte de las tendencias actuales en gestión, en cuya implementación las acciones tomadas permiten no solo dominar la competencia con soluciones innovadoras, sino también presentar algo más que solo el producto final (por ejemplo, producción ética, apoyo a acciones sociales y ambientales, cooperación con productores locales). El proceso otorga a las personas la sensación de propósito, visión y valores de la organización. Así, se logra que la fuerza laboral sea leal a la marca, motivada y más efectiva. En este sentido, el papel de un líder en una organización es particularmente útil en la etapa de determinar la dirección en la que la organización debe ir (formulando un plan de negocios, introduciendo un nuevo producto, decidiendo entrar en nuevos mercados). Además, es útil en crisis, cuando es necesario reorganizar las actividades existentes, motivar a las personas para superar situaciones difíciles o minimizar la resistencia a los cambios necesarios. En tales situaciones, es el líder quien guía a las personas, dándoles la fuerza para enfrentar la adversidad.
Dado lo anterior, se puede hacer alguna clasificación respecto a las diferencias entre los roles de líder y gerente:
Si te interesa saber si eres un mejor gerente o un líder, este interesante cuestionario podría ayudarte a disipar dudas.
Ver también: Estilos de gestión populares – Enfoque de Lewin-Lipitt-White y Reddin
Un solucionador de problemas con 5 títulos diferentes y reservas infinitas de motivación. Esto lo convierte en un propietario y gerente de negocios perfecto. Al buscar empleados y socios, la apertura y la curiosidad por el mundo son cualidades que más valora.
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