Construir la conciencia de marca (lo que se conoce como branding) es la base sin la cual es difícil imaginar emprender cualquier actividad comercial. El término abarca asignar significados, crear una red de asociaciones y consolidar ideas sobre los valores profesados por una empresa determinada, que en conjunto crean una visión coherente y consciente de la empresa por parte de sus receptores. ¿En qué consiste una estrategia de branding efectiva? Echemos un vistazo.
Lanzar un producto o decidir ofrecer un servicio sin conocer el perfil del destinatario potencial es como jugar a la piñata. Por eso es tan importante definir ciertas ideas sobre la imagen real de un cliente potencial de una empresa determinada (la llamada persona).
Él o ella tiene un nombre, género, cierta edad, estado civil, educación, rasgos de carácter, lugar de residencia, intereses, aspiraciones, necesidades y problemas. Es su conocimiento lo que otorga no solo un perfil adecuado del producto o servicio en sí, sino también la adecuada configuración de la comunicación de marketing de la marca y la selección de herramientas utilizadas para este propósito.
La respuesta varía dependiendo de la etapa en la que se encuentre tu producto. Después de todo, si estás dando tus primeros pasos con él, tus ideas sobre el producto y su orientación hacia audiencias particulares son un recurso valioso en este sentido.
Si el producto ya ha tenido la oportunidad de demostrar su valía en el mercado, los datos analíticos que muestran la efectividad de las acciones tomadas hasta ahora pueden resultar extremadamente útiles.
Al final del día, sin embargo, los datos se utilizan para crear una imagen de una persona específica junto con sus características, por lo que es necesario poder interpretar los datos obtenidos y traducirlos en un carácter y necesidades reales.
Una persona moldeada de esta manera dará la oportunidad de crear un mensaje cualitativo y bien dirigido, lo cual es especialmente importante en el contexto del océano omnipresente de mensajes ignorados. La consistencia en el ámbito de las actividades de comunicación emprendidas, a su vez, apoya la construcción de campañas de marketing coherentes y, en consecuencia, se traduce en una imagen de marca.
El creciente conocimiento del consumidor significa que el precio y la calidad del producto ya no son los únicos determinantes de las decisiones de compra. El cliente elige cada vez más aquellas marcas con las que puede identificarse.
En consecuencia, la responsabilidad social corporativa, la ética de producción y empleo, todo esto juega un papel significativo cuando se trata de la estrategia de branding para startups. Su implementación hace posible reunir en torno a una marca a un grupo leal de consumidores que, con toda probabilidad, no se quedarían con ella solo por una superficial “coolness”.
La autenticidad es algo que se valora mucho en esta era de la posverdad omnipresente y las imágenes idealizadas. Por lo tanto, las personas han desarrollado un deseo más profundo de apoyar ideas con el valor real detrás de ellas.
La estrategia de branding para startups se ha convertido en más que solo una forma de diferenciar bienes y servicios de los de los competidores. Son las experiencias, emociones y valores que la rodean los que constituyen su verdadera fuerza e identidad.
El primer paso hacia la consecución de esto ya se ha discutido, y es identificar la audiencia para tus productos. Son los valores que comparten los que deben estar en el corazón de la marca; esto podría ser alta calidad, rapidez de servicio, un sentido de intimidad, etc.
Sin embargo, la cuestión de los valores también puede verse desde una perspectiva más amplia, implementando las mencionadas actividades de RSC, es decir, responsabilidad social corporativa, en las que las marcas apoyan actividades proambientales, educativas, sociales, etc. Respaldan la expresión de valores, y lo más importante, introducen cambios reales en el mundo.
Este elemento, expresado en el lenguaje de beneficios, tiene como objetivo convencer a los clientes potenciales de la rentabilidad de tu oferta. Al mismo tiempo, este elemento debe ser tan expresivo que prevalezca a favor de esta elección particular.
Y hay muchas maneras de destacar. Pueden relacionarse con el proceso de producción en sí (por ejemplo, libre de crueldad, vegano, solo ingredientes naturales), las características del producto final (por ejemplo, sabor único, textura única), la gama de productos disponibles (por ejemplo, disponibilidad de diferentes tonos, tamaños, elementos complementarios de la oferta) o la evaluación por parte de los consumidores (la puntuación promedio más alta entre las ofertas competitivas).
Es un elemento muy importante cuando se trata de desarrollar una estrategia de branding para startups. El posicionamiento es un cierto modelo, una suposición, que luego, con el uso de herramientas dedicadas, traduces en la imagen real de la empresa. El posicionamiento se logra implementando etapas sucesivas de construcción de la conciencia de marca.
Entre ellas, debemos distinguir:
Posicionar una marca de tal manera permite crear su imagen clara, coherente y original.
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