KPI, como un conjunto de indicadores para estudiar y analizar el rendimiento de los empleados, es popular en los negocios y permite evaluar varios valores establecidos. En el caso de métricas medibles, el estudio es mucho más simple; la cuestión es mucho más difícil cuando se evalúan factores que son difíciles de cuantificar. Medir la productividad de una persona que trabaja en una línea de producción es simple, basta con contar el número de artículos producidos. También en el caso de los conductores, el número de kilómetros recorridos también es contable. ¿Qué pasa con el trabajo mental? ¿Deberíamos considerar el número de escritos, proyectos, ideas? No es tan obvio como parece, pero es posible. Aprendamos cómo y pongámoslo en práctica.
KPI – indicadores clave de rendimiento. Es una herramienta bastante simple, particularmente útil para los gerentes para examinar prácticamente cualquier área de la organización. Es una recopilación de diferentes tipos de métricas para evaluar el nivel de eficiencia de las operaciones, en términos de todos los recursos tangibles e intangibles, incluido el capital humano.
Los KPI permiten identificar los factores que contribuyen al éxito de la organización y aquellos que representan el eslabón débil. La esencia del uso correcto de los indicadores es la definición de un conjunto apropiado, correspondiente a los objetivos y necesidades de la organización. El uso incompetente de los KPI no se traducirá en la condición real de la empresa y falsificará los resultados.
Antes de comprometernos a medir la productividad de las tareas realizadas, primero debemos considerar qué es la productividad laboral. En la práctica empresarial, la definimos como la suma de productos o servicios producidos, realizados por un empleado en una cierta unidad de tiempo. La productividad está influenciada por muchos factores internos, como recursos materiales (equipos, instalaciones), nuevas tecnologías, nivel de habilidad y conocimiento del personal, y factores externos como las fluctuaciones del mercado. Podemos calcular la productividad laboral basándonos en una fórmula matemática simple:
Productividad = producción/entrada
Esto significa que la productividad es el cociente de la producción (bienes o servicios) y la entrada laboral. Usando esta fórmula, también se puede contar la tasa individual por empleado.
La selección de los KPI apropiados depende del modelo y la estructura de la industria. Asigne a cada indicador un valor numérico que permita directamente el análisis del resultado obtenido.
Definir indicadores de rendimiento apropiados es solo la primera etapa del estudio; los siguientes pasos están relacionados con el monitoreo y la evaluación de los mismos. Una herramienta útil para monitorear el rendimiento es un programa informático para la gestión del rendimiento de los empleados, que permite informes por cada empleado. Además, podemos vincular los resultados obtenidos a la cantidad de compensación.
El propósito principal de monitorear los KPI es evaluar la efectividad de la planificación. En caso de que los empleados no alcancen los objetivos establecidos, es necesario evaluar el sistema de incentivos, la realidad de los objetivos establecidos, eventos imprevistos (bajas por enfermedad, tiempos de inactividad).
El primer error fundamental que cometen las organizaciones es la selección inadecuada de indicadores. Al someter diferentes áreas de la empresa a un análisis de productividad laboral, se deben utilizar diferentes indicadores. No existen indicadores universales adecuados para cada tipo de trabajo.
También es importante establecer objetivos realistas para hacer que los desafíos sean manejables. Establecer estándares exorbitantes es contraproducente, disminuyendo la moral, la satisfacción laboral y, por lo tanto, afectando la baja productividad. La introducción de indicadores debe ser consultada con todo el personal. Los empleados necesitan saber cuánto y cómo se espera que trabajen y cuánto ganarán como resultado. Los objetivos deben estar claramente definidos y ser comprendidos por todos para que haya un vínculo visible entre el rendimiento y la remuneración.
Al evaluar los resultados, tenga en cuenta todos los factores. Por ejemplo, una escasez de piezas o componentes para la producción extenderá el tiempo y la cantidad de bienes producidos. También es un error común especificar demasiados indicadores, lo que dificulta mucho la evaluación objetiva de los resultados obtenidos.
Al introducir KPI en una empresa, debe hacerse de manera reflexiva y planificada hasta el más mínimo detalle. Comunique a todos los empleados la forma en que mide el trabajo, señale los aspectos positivos. Evalúe los resultados de manera objetiva, teniendo en cuenta la influencia de varios factores fuera del control del personal. Esto es muy importante, porque los objetivos poco realistas junto con la evaluación subjetiva pueden resultar en un comportamiento destructivo de los empleados y causar frecuentes falsificaciones de los resultados del trabajo.
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