Los síntomas del trabajo compulsivo son fáciles de notar. Pasar demasiadas horas en el trabajo, especialmente cuando requiere una gran cantidad de atención y concentración, puede llevar a la adicción al trabajo. Este problema de salud mental es una adicción conductual, en la que los fuertes impulsos psicológicos juegan un papel principal. El comportamiento relacionado con la adicción – en este caso, la concentración en las obligaciones laborales – afecta negativamente otros aspectos de la vida, como: la salud y las relaciones familiares.
La persona adicta al trabajo suele asumir demasiadas responsabilidades, parece estar extremadamente ocupada y intensamente comprometida. Esta persona está constantemente activa y no tiene tiempo para su familia, pasiones o incluso vacaciones.
El síntoma más visible de la adicción al trabajo es la enorme necesidad de controlar el lugar de trabajo. Con bastante frecuencia, el adicto al trabajo muestra falta de confianza en las competencias y capacidades de otros empleados y tiene dificultades para delegar tareas. Por lo tanto, algunas de sus propias tareas deben realizarse en casa o durante las vacaciones.
El adicto al trabajo experimenta estrés de gran intensidad durante su ausencia del trabajo y generalmente se preocupa de que otros empleados no puedan hacer frente a las tareas encomendadas.
Todas las conversaciones iniciadas por el adicto al trabajo se centran en temas relacionados con sus obligaciones, campo profesional e industria empresarial. Los adictos al trabajo piensan en su trabajo todo el tiempo, hacen planes y rumian sobre resultados y logros; esto a veces los hace mentalmente inaccesibles durante las conversaciones con otras personas. Debido a la constante sobrepensación, la capacidad del adicto al trabajo para retener y procesar información de su entorno se ve obstaculizada.
Algunos signos comunes de la adicción al trabajo incluyen:
Como cualquier otro problema de salud mental, la adicción al trabajo evoluciona con el tiempo: el adicto al trabajo gradualmente pierde el control sobre su comportamiento. Hay tres etapas en el desarrollo de la adicción al trabajo:
Etapa inicial es el nivel de adicción al trabajo, en el que el adicto se compara con otros empleados y pasa cada vez más tiempo en el trabajo, donde desea mostrar sus habilidades. En esta fase pueden surgir algunas emociones como: tristeza, culpa y miedo. El adicto comienza a descuidar a su propia familia, no tiene tiempo para tomarse días libres y trabaja horas extras.
Etapa crítica es el nivel de adicción al trabajo, en el que aparecen serios problemas de concentración e insomnio. Los adictos son incapaces de controlar su comportamiento. Experimentan otros síntomas mentales como: depresión, aprensión o ataques de pánico. Algunas personas pueden sufrir ataques al corazón, otras pueden ser diagnosticadas con úlceras estomacales. En esta etapa de la adicción, los individuos adictos pueden volverse incapaces de realizar sus deberes. Las relaciones con seres queridos pueden comenzar a deteriorarse.
Etapa crónica es el nivel de adicción al trabajo en el que la vida del individuo se centra exclusivamente en el trabajo. Los individuos adictos no pueden funcionar en la vida diaria, descuidan sus necesidades básicas de dormir y comer. En esta etapa puede ocurrir la muerte relacionada con el trabajo (lo que se llama: karoshi).
La adicción al trabajo es un fenómeno que no debe subestimarse. Trae efectos perjudiciales para la salud física y mental y conduce a condiciones peligrosas como: hemorragia cerebral, accidente cerebrovascular, obesidad o ataque al corazón.
El principal tipo de tratamiento para la adicción al trabajo es la psicoterapia. En el tratamiento de la adicción al trabajo, el adicto se centra en la autoaceptación, por lo que generalmente está fuertemente relacionado con los logros de uno y otros factores externos. Otro elemento de la terapia es la práctica de nuevas formas de expresión emocional acompañada del aprendizaje de cómo manejar el estrés fuera del trabajo.
La capacidad de equilibrar el trabajo y la vida y la habilidad de delegar tareas son igualmente importantes. La lucha contra la adicción requiere un alto y prolongado compromiso del individuo considerado, pero los cambios son alcanzables; esto hace que la lucha valga la pena.
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Gerente de recursos humanos con una excelente capacidad para construir una atmósfera positiva y crear un entorno valioso para los empleados. Le encanta ver el potencial de las personas talentosas y movilizarlas para que se desarrollen.
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