Un estudio de viabilidad es un paso clave para determinar si un proyecto propuesto es viable y vale la pena perseguirlo. Incluye una evaluación de los aspectos técnicos, financieros, organizativos y legales del proyecto, mientras que su propósito es determinar si el proyecto tiene una oportunidad suficiente de completarse con éxito y a tiempo.
Los estudios de viabilidad se han utilizado en Europa desde el Imperio Romano, cuando los ingenieros los realizaban para determinar la viabilidad de construir infraestructuras como carreteras y acueductos.
Una fuente que discute los estudios de viabilidad en la antigüedad es el libro “Estudios de viabilidad: raíces antiguas, aplicaciones modernas” de David G. Luenberger. El autor menciona más que solo a los romanos; también da ejemplos de cómo los antiguos egipcios y chinos emplearon métodos similares para evaluar la viabilidad de proyectos a gran escala, como la construcción de las pirámides y la Gran Muralla de China.
Algunos de los principios y técnicas de preparación de estudios de la antigüedad todavía se aplican hoy en día. Lo más importante ha permanecido sin cambios: al preparar un estudio, el Gerente de Proyecto debe definir claramente qué se supone que debe lograr el proyecto, qué oportunidades y amenazas ve, e indicar los métodos que utilizó para obtener los datos contenidos en el estudio.
Sin embargo, a diferencia de sus predecesores antiguos, los Gerentes de Proyecto de hoy no pueden detenerse en un solo estudio de viabilidad. Típicamente, el documento básico se prepara durante la fase de iniciación del proyecto, pero los datos y la orientación en él siguen actualizándose a medida que se alcanzan hitos, o cuando ocurren cambios importantes en el mercado.
Para preparar un estudio de viabilidad, hay varios pasos clave a seguir:
El propósito del análisis es determinar el mercado objetivo: la audiencia, su tamaño y disponibilidad, así como el tamaño de la competencia. También es importante evaluar la demanda potencial de los resultados del proyecto. Su preparación puede implicar la realización de encuestas preliminares entre la audiencia objetivo.
A) ¿La organización tiene las tecnologías y recursos necesarios para completar el proyecto?
B) ¿El alcance del proyecto incluye la creación o adaptación de tecnologías disponibles para su implementación? Y si es así, ¿cuáles son los riesgos asociados con la creación o modificación de estas soluciones?
El riesgo financiero juega un papel diferente dependiendo del tipo de proyecto. Si sus resultados van a ser una fuente de ingresos, la pregunta más importante que se hacen los interesados es: “¿Es financieramente viable?” Si, por otro lado, el proyecto implica, por ejemplo, modernización o implementación de investigación, el riesgo financiero está relacionado con los efectos planificados de la implementación de las soluciones previstas.
En tal caso, formule la pregunta en consecuencia: “¿Qué plazo se requiere para que la inversión del proyecto se recupere, dado las mejoras de eficiencia asumidas después de la actualización?”, o “¿Cómo se traduce el riesgo de fracaso del proyecto de investigación en la posible creación de una patente con potencial de implementación si tiene éxito?”.
A) ¿Qué cambios son necesarios para que la operación de la organización implemente el proyecto?
B) ¿Cómo afectarán al modo de operación actual de la organización?
C) ¿Qué recursos tendrán que utilizarse de otras maneras?
Esto será especialmente importante en proyectos cuya ejecución tenga lugar en espacios públicos, o aquellos cuya implementación involucre campos que requieren permisos especiales – por ejemplo, medicina, tecnologías que pueden amenazar el medio ambiente, y actividades que requieren el uso de datos personales.
El estudio de viabilidad es el documento que se presenta con más frecuencia a la dirección de la organización. Por eso es tan importante preparar un resumen, que incluirá la información y datos más importantes, así como las recomendaciones del Gerente de Proyecto para futuras acciones.
Para hacer que el estudio de viabilidad sea más creíble, el Gerente de Proyecto debe realizar o encargar investigaciones para obtener:
Se pueden obtener análisis detallados basados en grandes conjuntos de datos a través de informes publicados por agencias especializadas en investigación de mercado, como:
Vale la pena recordar que los datos en el estudio de viabilidad deben mantenerse actualizados para proyectos a largo plazo. Este es un paso clave en el proceso de desarrollo confiable del proyecto, que a largo plazo puede ahorrar mucho tiempo y recursos al identificar problemas potenciales temprano.
Un estudio de viabilidad es un documento clave para determinar si un proyecto propuesto es viable y vale la pena perseguirlo. Incluye una evaluación de los aspectos técnicos, financieros y operativos del proyecto, y tiene como objetivo determinar si puede completarse. La detección temprana de problemas potenciales permitirá una respuesta rápida, cambiando los objetivos o prioridades del proyecto, y ahorrando tiempo y recursos.
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