Todos ocasionalmente experimentan una sensación de mente en blanco. Puede haber sucedido durante una situación decisiva y habría marcado la diferencia si hubieras tenido una idea de qué decir. Entonces, ¿qué hacer en tales situaciones cuando no hay ideas para resolver el problema? A la rescate en tales circunstancias viene la ideación, una etapa en el proceso llamado pensamiento de diseño. Esta no solo es la fase más anticipada por los investigadores, sino también la más creativa. No solo en la vida profesional, sino también en la vida cotidiana.
Las etapas de empatizar y definir el problema ya han sido discutidas en artículos anteriores. Una vez que el problema ha sido correctamente definido, es hora de la parte más creativa de todo el proceso, es decir, la ideación. Ten en cuenta que esta etapa consume tanto tiempo como las anteriores, pero permite al equipo de investigación expresar y compartir libremente sus ideas. A pesar de que es una parte muy dinámica y en rápida evolución del proyecto, intenta establecer su jerarquía enfocándote en las prioridades para mejorar el flujo de trabajo del equipo. Además, familiarízate con las reglas que deben prevalecer durante esta fase:
Durante esta etapa, debemos centrarnos en obtener sugerencias creativas, espontáneas y vívidas de los participantes. Para lograrlo, debemos tomar las respuestas de nuestro equipo de investigación con una mente abierta, refinando las críticas mientras proporcionamos retroalimentación positiva para alentar a todos a expresarse. Además, debemos proporcionar al grupo un espacio sin distracciones, asegurándonos de que no haya obstáculos en el camino.
Como muchas ideas, hay muchas herramientas creativas. La herramienta más popular es el “brainstorming”, aunque hay muchas variaciones de este. La más popular es el llamado “brainstorming silencioso”.
Debemos ajustar las herramientas de generación de ideas dependiendo del problema en cuestión. Por lo tanto, vale la pena profundizar en el propósito de la idea y luego inspirarse en los métodos de investigación disponibles.
Una vez que todas las ideas han sido organizadas en un solo lugar, es hora de categorizarlas. Idealmente, deberían dividirse en cuatro categorías:
Al seleccionar ideas, los investigadores deben centrarse principalmente en las ideas con potencial y aquellas inspiradoras pero locas. Estas son las más valiosas, y si logran pasar la etapa de ideación, el equipo las desarrollará en las etapas posteriores del proceso de pensamiento de diseño. Además, lo que podría ayudar a seleccionar ideas apropiadas si hay demasiadas para elegir, o si el equipo no es unánime, es una matriz de decisión. En ella, puedes clasificar las ideas en términos de relevancia para el usuario y facilidad de implementación y decidir objetivamente qué innovaciones vale la pena perseguir.
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Con más de 10 años de experiencia en marketing digital, Sophia no solo conoce las reglas de esta industria, sino que sobre todo sabe cómo romperlas para lograr resultados sobresalientes y creativos.
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